Poseedor del récord de brazaletes de la Serie Mundial con un temperamento explosivo, un comportamiento excéntrico y un estilo de juego inusual que no dejará indiferente a nadie.
No todos los jugadores de poker famosos pueden presumir de una reputación ideal, pero incluso para los estándares del mundo del juego, Phil Hellmuth se destaca por la inconsistencia de su comportamiento. Tiene éxitos objetivos de su lado: 16 brazaletes de la Serie Mundial, récords de cobros y mesas finales, pero ninguno de los demás jugadores lo llamaría el más fuerte. En las conversaciones personales, es extremadamente educado, pero en la mesa de poker siempre está listo para hablar con dureza sobre el juego del oponente y no sabe perder en absoluto, inflando el bad beat habitual hasta convertirlo en un escándalo.
"¡Otro idiota del norte de Europa!"
“Ni siquiera saben cómo deletrear la palabra 'poker'.”
El estilo de Hellmuth es difícil de juzgar desde un punto de vista matemático: incluso un principiante que acaba de aprender a calcular las probabilidades del bote puede encontrar errores en las manos, incluso si son jugadas en torneos con grandes entradas. A pesar de esto, se las arregla regularmente para vencer a oponentes fuertes, e incluso en ocasiones inspira respeto y recibe elogios de sólidos profesionales en línea como Phil Galfond.
El mismo Hellmuth sabe mejor que otros sobre su excentricidad y su ego ilimitado, y lo usa al máximo. Personaje ideal para una película de televisión, convirtió en espectáculo su participación en los torneos de la Serie Mundial: una vez apareció en el salón con la forma de un emperador romano, acompañado de trompetistas y 50 bailarinas, otra vez llegó en un coche de carreras que estrelló en el estacionamiento del casino Rio.
“Si no hubiera suerte en el poker, siempre ganaría”...