Huck Seed perdió esta semana en el heads-up del evento de brazalete $1,500 Stud Hi/Lo. Ya acumula 11 premios en las WSOP este año, a pesar de no jugar al poker hace casi una década.
— Tradicionalmente, empezamos el podcast con una pregunta: ¿cómo empezaste a jugar al poker? ¿Jugabas por centavos con tus amigos de niño?
— Para mí, el poker profesional fue una decisión consciente. Odiaba el capitalismo y el mundo corporativo con toda mi alma. No quería volverme loco en una oficina. Siempre me atrajo la naturaleza igualitaria del poker. No importa tu altura, peso, género o color de piel; si tienes dinero para el buy-in, puedes sentarte en la mesa. Más tarde, por la misma razón, dejé el poker. El juego se hizo popular, y la intriga y la política empezaron a jugar un papel importante.
— ¿Nunca jugaste a nada cuando eras niño?
— Mi padre jugaba al lowball bastante bien; sus amigos se reunían a menudo en casa y me enseñaron a jugar cuando solo tenía 6 años. Mi tío también tuvo una gran influencia; era un ludópata empedernido; perdió no solo su dinero, sino también el de mi abuela en el casino. Un día, ella se cansó, lo echó de casa y se mudó con nosotros una temporada. Yo tenía 10 u 11 años; él estaba desempleado y, por aburrimiento, empezó a jugar conmigo al ajedrez, al backgammon, al Scrabble y a las cartas. Me ganaba con facilidad y me incitaba constantemente. Esto se convirtió en un excelente entrenamiento psicológico para el futuro. Cuando empecé a jugar en Los Ángeles, siendo muy joven, también tuve que soportar a menudo las burlas en la mesa.
Empecé a jugar en serio en la universidad. Para entonces, había renunciado a mis sueños de una carrera profesional en el baloncesto y me matriculé en Caltech. Un día, mientras jugaba con amigos, experimenté la misma sensación que siempre experimentaba en la cancha de baloncesto o en la pista. Me asombraba que uno pudiera simplemente sentarse a una mesa, jugar a las cartas y experimentar emociones similares.
— ¿Qué estudiaste en Caltech?
— Estudié ingeniería eléctrica, pero lo dejé en segundo año debido al poker. El juego empezó a ocupar demasiado espacio en mi vida y decidí dedicarme por completo a él. Planeaba volver a estudiar al año siguiente si el poker no me funcionaba.
El jugador más fuerte entre nosotros era Konstantin Othmer, con quien nos hicimos muy amigos. Cuando entré, él era estudiante de último año. Él se especializó en Stud y, un año después de conocernos, escribió un libro excelente. Poca gente lo conoce, pero para su época fue relevante; incluso utilizó simulaciones por computadora en sus cálculos. Ahora se lo recomiendo a quienes estén interesados en la historia del poker.
Konstantin me enseñó los fundamentos del Stud, y un par de amigos en común y yo empezamos a jugar en varios casinos de Los Ángeles. Jugábamos $1/$2/$4 sin ante, con el jugador con la carta más baja apostando un dólar. Con esa estructura, el juego era sencillo: esperar ases o reyes, subir a $4, apostar en todas las calles e imprimir dinero.
Ni siquiera tenía 21 años, pero por alguna razón a nadie le importaba. Ni siquiera tuve que buscar identificaciones falsas. Mi dinero crecía rápidamente, y decidí no volver a la universidad. Dos amigos siguieron mi ejemplo, pero luego volvieron a estudiar.
— Esta estrategia en Stud parece rentable, pero muy aburrida. ¿Te conformabas con sentarte durante horas a esperar ases?
— Sí, en los primeros años de mi carrera jugaba muy tight, así que se adaptaba a mi estilo. Además, es muy rentable si no hay ante o si este es pequeño en relación con las apuestas. Ahora en Phenom, el ante es de casi el 30%, así que ya no podrás ausentarte.
— ¿El Stud era tu juego principal?
— Se me daban bien todas las variantes de los juegos de siete cartas. El Stud era el juego más popular por aquel entonces, aunque también había mucho Limit Hold'em. En California, había mucha acción en Lowball A-5, pero solo llegué a ver el final. Había muchos all-in, y el juego desapareció rápidamente. Por aquel entonces, el No-Limit Hold'em solo se jugaba en torneos. Es curioso que un par de años antes de mi despegue, el NLH también era muy popular en las partidas cash, pero los jugadores débiles perdían muy rápido, así que los juegos limit dominaron en los 90.
— ¿Por qué te pasaste a los torneos?
— Al principio de mi carrera en el poker, me fijé dos objetivos: ganar un millón y convertirme en campeón mundial. Dejé la universidad a los 20 y gané un millón a los 21. Después, me tomé un descanso de unos meses…
— Espera, no podemos prescindir de los detalles, porque lo cuentas como si fuera algo completamente normal. ¿Ganaste un millón en un año?
— Quizás uno y medio. Y era muy cuidadoso con mi bankroll. A los 20, tenía unos $10,000; empecé a jugar Limit Hold'em $15/$30 y ganaba unos $15,000 al mes. Después de 3 o 4 meses, con un bankroll de $60,000, participé en mis primeras World Series. Tenía 20 años y no podía cobrar los premios porque tendría que mostrar mi documentación. Así que solo jugaba satélites y vendía las fichas. Pero al final, decidí que me serviría jugar un par de torneos solo por la experiencia. Me inscribí en un torneo LHE de $1,000; tenía un buen stack en la burbuja, pero lo desperdicié a propósito para irme antes de los premios.
— Eres famoso por tus numerosas apuestas. ¿Cuál es tu favorita?
— Cuando empecé a jugar con Doyle y Chip, ellos veían golf todo el tiempo. Yo les decía: "¿Qué demonios están viendo? Ni siquiera es un deporte". Discutían conmigo y me decían que no entendía nada. Hicimos una apuesta de $100,000 a que tenía que superar los 90 puntos en el campo en un año. Gané la apuesta, pero fue una jugada genial de su parte. Me concentré demasiado en el golf, empecé a jugar peor y me ganaron mucho más al poker.
— Leí sobre otra apuesta de golf que hiciste. Apostaste a que podrías embocar 100 putts cuatro veces en un día.
— Sí, aposté con David Gray. Él eligió la fecha y esperó a que Las Vegas estuviera en su máximo esplendor. Las condiciones me obligaban a recorrer el campo. Empezamos al amanecer, fallé la primera ronda, pero tenía cinco intentos en total. Acabé acertando cuatro veces seguidas, pero terminé la última ronda en completa oscuridad, además de correr de un hoyo a otro para ganar antes del cierre del campo. La apuesta fue relativamente barata, creo que solo $35,000, y en ese momento ya jugábamos $400/$800. Pero nunca apostaba para ganar, solo por curiosidad, porque no entendía del todo si podría ganar o no.
— ¿Cómo surgen estas apuestas?
— Todo empezó con Doyle y Chip, quienes me introdujeron al golf. Contraté a un entrenador y entrené a diario durante ocho meses sin descanso. Después, empecé a jugar al golf regularmente con otros jugadores de poker, y en ese ambiente se hacían apuestas constantemente. Fue una época divertida.
— ¿Has permanecido en positivos todo ese tiempo?
— Estaba pensando en esto antes del podcast. No estoy seguro, quizá incluso en números rojos. Perdí una apuesta enorme en un partido de dobles contra Doyle y Mike Sexton. Jugaba con Howard Lederer, y Doyle ya usaba muletas, así que todos apostaban por nosotros. Pero nos ganaron. Doyle comentó después que, con todas las apuestas paralelas, ganó unos $3 millones. Ellos usaban tees de mujer, y nosotros, tees normales. Al principio se pusieron por delante, luego empatamos, y a falta de tres rondas, llevábamos dos hoyos de ventaja. Así que necesitaban ganar tres rondas seguidas. En la primera, necesitaban embocar la bola de un solo golpe desde unos 20 metros para ganar, y Doyle logró un milagro. Después, no pudimos recuperarnos y perdimos los dos últimos hoyos.
— Cuéntame sobre la apuesta en la que tenías que pasar 24 horas en el océano sin tocar el fondo.
— Fue una apuesta con Phil Hellmuth. Las noticias decían que un yate se había estrellado y que la gente llevaba tres o cuatro días en el agua esperando ser rescatada. Dije que podría quedarme en el océano 24 horas sin problema. Apostamos $10,000, pero la apuesta nunca se concretó. La acción en el poker era muy buena, ganaba todos los días, así que simplemente le pagué los $10,000. Fue una apuesta muy inteligente por parte de Phil; parecía una cantidad considerable, pero no lo suficiente como para que yo hiciera sacrificios significativos.
Hace poco hice una apuesta similar con Matt Valeo (Ed.: regular de Phenom Poker, que ahora también participa en las World Series), que también cancelamos. En su juventud, fue uno de los mejores corredores de Arizona; corrió una milla en 4:19, un tiempo excelente. Yo también soy buen corredor, pero nunca lo he hecho profesionalmente. Ahora está un poco fuera de forma, ha ganado algo de peso y me ofreció una apuesta para motivarse. Según las condiciones, tenía cuatro meses para prepararse y correr una milla. Y luego yo tenía otros cuatro meses y cuatro intentos para correr una media maratón al mismo ritmo. Al final, vi que se ponía en forma con bastante facilidad, y él, a su vez, mencionó su apretada agenda, y acordamos cancelarla.
— Volvamos al poker. En 1996, lograste tu segundo objetivo: ganar el Main.
— En 1995 me mudé a Las Vegas, vivía solo en un hotel, no cuidaba mi salud y me pasaba el día jugando cash high stakes. Jugué las World Series sin entusiasmo, simplemente estaba agotado. Pero para la siguiente, ya estaba en plena forma. Tenía novia y empecé a cuidar mi alimentación y mi salud. En verano, Gus Hansen, que acababa de empezar a jugar al poker, vivía conmigo y lo ayudé.
Por cierto, no se suponía que participaría en el Main Event ese año. Gus y yo jugábamos squash el día de apertura y llegamos unos minutos tarde. No había registro tardío en ese entonces, y el director del torneo, Jack McClelland, no quería dejarme entrar. Pero luego se apiadó de mí y me dejó jugar.
—¿Cuántos días duró el torneo?
— Tres, había 295 jugadores. Creo que en el segundo día Doyle apostó a que ganaría. Como no había muchos jugadores, a partir del segundo día, McLelland llegó a las mesas y comenzó a anunciar all-ins. Nunca arriesgué todas mis fichas, pero hice un stack enorme. "Nunca había oído su nombre, y es el líder en fichas, así que sin duda va a ganar", dijo Doyle.
— En aquella época existía una estructura de pagos bastante original.
— Sí, recibí un tercio del premio, y había torneos en los que te llevabas la mitad. Pero en aquella época se hacían acuerdos en casi todas las finales.
— ¿También vendiste acciones?
— Creo que sí, pero no recuerdo los detalles. Recuerdo con exactitud que yo tenía más o menos la mitad de la acción. Antes de eso, jugaba casi todos los torneos por mi cuenta, pero en general le vendía la mitad a Lederer y Gray, y Gus se quedaba con una pequeña parte por amistad. Por cierto, después de la victoria, me dijo: «Fuiste el único que JUGÓ al No-Limit Hold'em en este torneo». En aquel entonces, casi nadie entendía qué hacer en este juego.
— ¿Por qué decidiste vender acciones?
— Un par de años antes, había estado jugando cash caro, me deprimí y quise dejar el poker para siempre. Pero me ofrecieron jugar para ellos y decidí darles las gracias.
— No has jugado al poker en los últimos años. ¿Te veremos en estas World Series?
— Sí, casi no hablamos de Phenom, y esa es la única razón de mi regreso. Hubo varios momentos en mi carrera en los que parecía que lo había conseguido todo. En los noventa, gané todos los torneos posibles, dominé todos los formatos y vencí a los mejores en cash. Parecía que no tenía sentido seguir, pero entonces apareció el poker online. Era algo nuevo y muy interesante; aprendí a jugar en varias mesas, gané mucho en Full Tilt y lo disfruté. Pero en 2011, el poker online fue prohibido en Estados Unidos y todo cambió. Durante un tiempo, seguí jugando offline, pero pronto me di cuenta de que los arreglos de las partidas cerradas no me convenían y simplemente dejé el poker. A veces iba a las WSOP, jugaba un par de torneos en Río, pero no lo disfrutaba en absoluto.
Recientemente, gracias a mi relación con Matt Valeo y a nuestra apuesta fallida, descubrí Phenom. Me gustó mucho la idea de una sala de criptomonedas dirigida por miembros de la comunidad. Creo que es un buen proyecto que puede beneficiar al poker, así que acepté ser embajador. Aunque esto también contradice mis principios. Ni siquiera quería promocionar Full Tilt; acepté solo por mi amistad con Lederer.
— ¿Eras simplemente un profesional “Red” o un embajador de pleno derecho?
— Me ascendieron a full partner un par de meses antes del Black Friday.
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